Lloraba mi alma, estaba desesperada, me acosaban las culpas y nadaba en
el mar de las errores y torpezas, casi me ahogo, oigo el teléfono
cuando leí «Porque soy el Señor tu Dios, que sostiene tu diestra,que te
dice `No temas, yo te ayudaré. Isaias 41.13» me quedé asombrada,
anoté la cita y la hora, al siguiente me llegó otro mensaje, los fui
guardando en una agenda, pasó el tiempo, la persona que me envía los
mensajes vive lejos de mí, un día nos encontramos, le pregunté ¿qué te
hace que estés pendiente de mí? Me respondió; Dios esta pendiente de
ti, yo soy tu mensajero.
lunes, 30 de noviembre de 2015
Ahogada en mis culpas y errores, le supliqué al cielo que tenga piedad
de mí, me quedé dormida y soñé que estaba en una calle oscura y venía
algo hacia mí, como lodo, corrí, salté y caí en un triángulo color crema
que estaba fuera del mundo vi hacia bajo, estaba oscuro, levanté mis
ojos hacia el mundo y allí estaba el Cristo Redentor con sus brazos
abiertos, sostuvo el lodo y mirándome como diciéndome; «yo conozco tu
corazón» fue un sueño pero para mí fue mi realidad.
domingo, 29 de noviembre de 2015
Unos caballos atravesaron la planicie a todo galope, cerca en un árbol
vivía una familia de ardillas, ardillita más joven se asomó a la
ventana.
—¡Qué bellos esos caballos! ¡ay! Sueño con tener uno así.
—Ar anda a estudiar y deja de soñar, estudia para que después te des tus gustos —dijo la mama desde la cocina.
El primer piso del árbol también vivía una rata mayor con su hijo, la esposa y un nieto, la señora rata se asomó a la puerta.
—Caramba van a despertar a mi nieto —dijo la señora rata, enseguida cerró la puerta y buscó su mecedora, se sentó a mecerse, recordó cuando llegaron las ardillas, de cuando era joven, suspiró, cerró los ojos, de repente está en medio de los caballos.
—¡MI NIETO, MI NIETO! —gritó
Sintió una sacudida.
—Mamá despierta estás soñando —dijo el hijo.
—¡Ah soñando! ¡Qué susto! —dijo la señora rata.
—¡Qué bellos esos caballos! ¡ay! Sueño con tener uno así.
—Ar anda a estudiar y deja de soñar, estudia para que después te des tus gustos —dijo la mama desde la cocina.
El primer piso del árbol también vivía una rata mayor con su hijo, la esposa y un nieto, la señora rata se asomó a la puerta.
—Caramba van a despertar a mi nieto —dijo la señora rata, enseguida cerró la puerta y buscó su mecedora, se sentó a mecerse, recordó cuando llegaron las ardillas, de cuando era joven, suspiró, cerró los ojos, de repente está en medio de los caballos.
—¡MI NIETO, MI NIETO! —gritó
Sintió una sacudida.
—Mamá despierta estás soñando —dijo el hijo.
—¡Ah soñando! ¡Qué susto! —dijo la señora rata.
Me canso de caminar en estas grandes avenidas, en mis sueños te busco y
no puedo encontrarte, quiero hacer como hacías tú que me encontrabas a
mí como un perro corre hacia su dueña, ¿dónde estás, sabes que te
busco? Ya ni en mis sueños estás ¿por qué qué te impide venir a mis
brazos? La noche se abatió en mi espíritu.
Caminaba con mi sombrilla bajo la lluvia, aquella tarde me quedé mirando
una casa acogedora de madera con grandes ventanales toda iluminada,
viene un carro con los faros encendidos, me detuve porque me palpitó el
corazón al sentir la mirada de ese hombre que amé tanto, nos miramos,
seguimos, me estremecí al recordar sus caricias
sábado, 28 de noviembre de 2015
La tortuga y el conejo.
La niña corría por el bosque, iba a visitar a su abuela, se detuvo
porque vio unas flores silvestres de varios colores, saltó sobre ellas
para recoger unas para hacerse una guirnalda, corrió al río, cuando vio
la imagen que se reflejaba en el río se quedó embelesada, se preguntó
¿esa soy yo? Oyó un ruido, volteó pero enseguida volvió a mirar su
imagen en el río, sintió de nuevo un ruido, se levantó y corrió hacia un
árbol y vio a un conejo que corría, se quedó allí hasta que ya no lo veía, salió de su escondite y siguió su camino, caminó un par de metros y se encontró con una tortuga.
—¡Buenos días señora! —dijo la niña.
La tortuga levantó la mirada con curiosidad.
—¡Buenos días niña! —respondió la tortuga.
—¿Puedo acompañarla? —preguntó la niña.
—Si quieres caminar con esta anciana —respondió la tortuga.
—Sí, voy a visitar a mi abuela —dijo la niña.
Las dos caminaron y conversaron animadas, la tortuga le comentó que por años caminaba por allí, le gustaba ese lugar.
—Recuerdo mi juventud, lo hermosa que era —dijo con nostalgia la tortuga.
—Señora sigue siendo hermosa —dijo la niña para animar a la afligida tortuga, ambas se miraron y sonrieron, cuando la niña miró el camino que la llevaría a la casa de su abuela se despidió de la tortuga y ambas siguieron sus caminos.La niña caminó alegre y se paró para ver a lo lejos la casita de la abuela que se veía desde allí cómo si estaba cerca del cielo, en eso le habló el conejo y del susto brincó
—¡Me asustaste! —dijo la niña.
—¡Perdóname! No quise asustarte, es que desde que te vi quería invitarte a pasear con mi amigo el corcel mágico —dijo el conejo.
—¿Y dónde está? —preguntó ella.
—¡Está aquí! —respondió él y el corcel salió de la nada, la niña y el conejo subieron a su lomo y juntos volaron por el mundo .
—¡Buenos días señora! —dijo la niña.
La tortuga levantó la mirada con curiosidad.
—¡Buenos días niña! —respondió la tortuga.
—¿Puedo acompañarla? —preguntó la niña.
—Si quieres caminar con esta anciana —respondió la tortuga.
—Sí, voy a visitar a mi abuela —dijo la niña.
Las dos caminaron y conversaron animadas, la tortuga le comentó que por años caminaba por allí, le gustaba ese lugar.
—Recuerdo mi juventud, lo hermosa que era —dijo con nostalgia la tortuga.
—Señora sigue siendo hermosa —dijo la niña para animar a la afligida tortuga, ambas se miraron y sonrieron, cuando la niña miró el camino que la llevaría a la casa de su abuela se despidió de la tortuga y ambas siguieron sus caminos.La niña caminó alegre y se paró para ver a lo lejos la casita de la abuela que se veía desde allí cómo si estaba cerca del cielo, en eso le habló el conejo y del susto brincó
—¡Me asustaste! —dijo la niña.
—¡Perdóname! No quise asustarte, es que desde que te vi quería invitarte a pasear con mi amigo el corcel mágico —dijo el conejo.
—¿Y dónde está? —preguntó ella.
—¡Está aquí! —respondió él y el corcel salió de la nada, la niña y el conejo subieron a su lomo y juntos volaron por el mundo .
Perla, la niña de la montaña
En la montaña había una casita de bahareque pintada de blanco, en esa
casita vivía una niña llamada Perla, que le gusta escribir cuentos, se
sienta en su mesita para escribir y desde allí ver y oír las aves cantan
para relatar en sus escritos. UN día la mamá la llamó para almorzar,
cuando Perla llegó al comedor, vio que en el plato había unas sordinas,
se puso a llorar.
—HIja ¿Qué te pasa? —preguntó la madre.
—Cocinaste los peces —dijo Perla.
—¡Ven! Los peces están en la pecera —respondió su mamá, Perla saltaba de alegría.
—¡Ay mamita qué linda! —y la besaba.
En eso vio que pasaba un ratón, corrió para jugar con él, la mama la agarró de la mano.
—Ven, vamos a almorzar, cuando llegue papi bajaremos al pueblo para comprarte un escaparate —dijo la madre
—Pero mamá... quiero jugar con el ratón —suplicó Perla.
—Niña cómo vas a jugar con un... —La niña la interrumpió.
—Son lindos con sus bigotitos —dijo Perla— quiero un perrito, un gato, una tortuga y...—Quieres un zoológico aquí en la montaña —dijo la madre.
—Sí, para jugar con ellos. —La madre sonrió.
—¡Mira! Allá abajo viene tu papá. —Perla alegre comenzó a correr hacia su padre. —PERLA, CUIDADO —gritó su madre.
Perla llegó emocionada al lado de su madre porque su padre le dijo que si iba a ponerle un zoológico, la madre miró a su esposo, siempre hacía eso, alentaba a la niña con sus fantasías.
—Bien, almorcemos, Perla luego arreglate que vamos a comprarte el escaparate y unas cobijas, ya viene el frio —dijo La madre de la niña, los tres entraron a la casa, almorzaron, se arreglaron y bajaron al pueblo.
Se tardaron, cuando regresaron Perla llegó contenta con lo que compraron, su escaparate estaba hermoso, cenó emocionada y se fue a dormir, en la madrugada, llegó asustada a la habitación de sus padres.
—¡Papá a mi mamá la mató un oso —dijo alarmada Perla.
—¡Hija! Ella solo dijo que la cobija arropaba como un abrazo de un oso.
—HIja ¿Qué te pasa? —preguntó la madre.
—Cocinaste los peces —dijo Perla.
—¡Ven! Los peces están en la pecera —respondió su mamá, Perla saltaba de alegría.
—¡Ay mamita qué linda! —y la besaba.
En eso vio que pasaba un ratón, corrió para jugar con él, la mama la agarró de la mano.
—Ven, vamos a almorzar, cuando llegue papi bajaremos al pueblo para comprarte un escaparate —dijo la madre
—Pero mamá... quiero jugar con el ratón —suplicó Perla.
—Niña cómo vas a jugar con un... —La niña la interrumpió.
—Son lindos con sus bigotitos —dijo Perla— quiero un perrito, un gato, una tortuga y...—Quieres un zoológico aquí en la montaña —dijo la madre.
—Sí, para jugar con ellos. —La madre sonrió.
—¡Mira! Allá abajo viene tu papá. —Perla alegre comenzó a correr hacia su padre. —PERLA, CUIDADO —gritó su madre.
Perla llegó emocionada al lado de su madre porque su padre le dijo que si iba a ponerle un zoológico, la madre miró a su esposo, siempre hacía eso, alentaba a la niña con sus fantasías.
—Bien, almorcemos, Perla luego arreglate que vamos a comprarte el escaparate y unas cobijas, ya viene el frio —dijo La madre de la niña, los tres entraron a la casa, almorzaron, se arreglaron y bajaron al pueblo.
Se tardaron, cuando regresaron Perla llegó contenta con lo que compraron, su escaparate estaba hermoso, cenó emocionada y se fue a dormir, en la madrugada, llegó asustada a la habitación de sus padres.
—¡Papá a mi mamá la mató un oso —dijo alarmada Perla.
—¡Hija! Ella solo dijo que la cobija arropaba como un abrazo de un oso.
viernes, 27 de noviembre de 2015
jueves, 26 de noviembre de 2015
miércoles, 25 de noviembre de 2015
Dónde está aquella niña de carita triste que estaba montada en un
caballo en un cuadro, ¿niña dónde estás? ¿Ya presentías tu negro
destino? Nunca olvidé tu carita triste, ni tus ojos tristes donde las
lagrimas jugaban con tus pestañas para que no corrieran por tu rostro,
¿dónde estás niña? ¡Ven a jugar conmigo!
martes, 24 de noviembre de 2015
lunes, 23 de noviembre de 2015
domingo, 22 de noviembre de 2015
sábado, 21 de noviembre de 2015
La flor nació en medio de la maleza, ella sufría porque la maleza no la
quería, pasó el tiempo, pasó una mano generosa y se llevó la flor para
su casa, la cuidó, un día la vio decaída, le dio unas vitaminas y ella
agradecida se animó para que la viera linda y pensó, si pudiera decirte
que aunque no me querían yo las amo y las extraño.
viernes, 20 de noviembre de 2015
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