El silencio es el grito más fuerte de mi alma que nadie oye, estoy orgullosa de ser pecadora en un mundo de falsas santas,
te dejo libre de mis deseos, quiero decirte tantas cosas, pero no me atrevo, para qué remover las cenizas del ayer,
extraño esa parte mía que se fue contigo y te sigue amando.
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