Lloraba mi alma, estaba desesperada, me acosaban las culpas y nadaba en
el mar de las errores y torpezas, casi me ahogo, oigo el teléfono
cuando leí «Porque soy el Señor tu Dios, que sostiene tu diestra,que te
dice `No temas, yo te ayudaré. Isaias 41.13» me quedé asombrada,
anoté la cita y la hora, al siguiente me llegó otro mensaje, los fui
guardando en una agenda, pasó el tiempo, la persona que me envía los
mensajes vive lejos de mí, un día nos encontramos, le pregunté ¿qué te
hace que estés pendiente de mí? Me respondió; Dios esta pendiente de
ti, yo soy tu mensajero.
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