En las madrugadas caían los murciélagos en picado en la habitación, horas triste de espera, las palomas blancas se posan en las ramas, cae todo al fondo del tiempo, como el barco que se hunde apagando sus luces las palabras no son sino piedras rodantes ante la mirada de esta pendeja,
cae la noche para dar paso al día encerrada en la jaula de mi destino, veo pasar ante mis ojos todo lo que no vi en su momento, caí al fonde de mí misma a lo más bajo, caen mis lágrimas y el frío hace su gruta de huesos, cae mi corazón en pedazos, caen las cenizas de mi amor por ti, caen los pétalos marchitos de las flores de mi jardín, caen como cáscaras los años.

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