Yo miraba las nubes en lontananza como danzaban y yo pobre golondrina pensaba que el día de tu entierro yo me posaria sobre de tu ataúd y con mi pico te sacaría para besarte, ese día tan temido por mí comprendí que tu alma y la mía volaron por el infinito esa noche que partiste.

No hay comentarios:
Publicar un comentario