Fuimos dos gotas resbalando lentamente al abismo sin hacer ruido
y yo tuya, rosas negras,
se van los atardeceres y se olvida la noche soñando que te amo y busqué la poesía allí en tus ojos marrones para resucitar a mi alma del pasado
y fuiste luz a mis sueños.

No hay comentarios:
Publicar un comentario