Casa vieja que el tiempo bronceó, patio viejo color de humedad, tus paredes guardan el secreto de mi alma del día que fui encerrada como una res, mis manos tocan tus paredes, siento que en ellas lloraba por el amor de un hombre, tus corredores inmensos, en ellos caminaba, no había nada en ellos, el reloj de la iglesia retumbaba en mis oídos, yo en sueños se quien me encerró y que me sacó una madrugada desnuda de la hacienda, en la esquina me esperaba un hombre, estoy segura que era uno que trabajaba en la hacienda y me llevó a la caballeriza, no sé por quien lloraba, creo que por mi primer enemigo, siempre estuvo encubierto.

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