Aquel día le grité al mundo que te quiero y que al ver el escandalo que causate tuviste miedo y te alejaste dejándome abandonada, despreciada y te reíste, después me di cuenta que era una venganza
por eso apareciste cómo un ladrón en la noche para beberte el licor, apetedecido
antes de que llegara el que te debía la deuda, al final me amaste, pero fue tarde.

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