Qué tarde regresaste cuando el infierno quemó mi corazón, solo hay en él llagas. Qué tarde regresaste, mis labios secos de llamarte.
Que tarde regresaste, cuando mis manos olvidaron acariciar, solo escriben, que tarde regresaste cuando se apagó el volcán de mis deseos por ti, que tarde regresaste a posarte en mi hastío como un ave majestuosa a decirme que me amas y yo te pregunto ¿para qué ahora?

No hay comentarios:
Publicar un comentario