Tenebrosa tempestad la de anoche, gotas en el océano, un alma, un deseo, un placer, la luna duerme,
yo soy errante peregrina,
un beso entre la vida y la muerte, cuántas veces se cruzaron muestras miradas, cuántas cosas se dirían nuestras almas en esas miradas cuando visitabas mi casa siendo una niña, nos separó la ley y la razón, yo una rosa acabada de brotar sus petalos y tú otoño, preguntas sueltas al viento, por qué callas
ahora que mi conciencia despertó del letargo, comprendí que tus ojos en el horizonte suelen mirar mis ojos.
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