Volvió la tormenta,
empecé a tener miedo, de repente el miedo se paró
y caí como muerta en brazos de Morfeo, me desperté y vi que caían capas de aguas sobre mi jardín, pasaba un manso oceano entre mis rosas y claveles y en mi alma volvió esa angustia de verme vencida bajo esta tormenta que yo busqué por ignorante, retumbó el trueno, la tormenta cómo el capote de un torero invisible me torea y no pude escribir porque se me mojaron las hojas.
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