Vi pasar el cortejo de mis ilusiones entre sombras,
vi el vago desierto que forma una hoja en blanco, era lo que me iba salvar, la poesía, de esta miseria que me llena de espanto,
de mi alma brotó la inspiración como flores de invierno, para acallar este desprecio por la vida, yo soy la única que pago lo debo y lo que no debo. ¡Carajo se cansa uno!
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