miércoles, 25 de octubre de 2017

Dueña

Pregunté para dónde va ese barco, me respondió un anciano, que estaba sentado frente al mar, ese barco estuvo muchos años esperando al dueño de ese cargamento que jamás reclamó, le respondí ese cargamento se ve que es valioso, por qué lo abandonaron. El anciano me respondió, tú eres la dueña de ese cargamento, me senté al lado del anciano y lloré viendo alejarse al barco, el anciano me acaricio el cabello y me dijo, lo tenías todo, no reclamaste nada, lo único que te queda es llorar.

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