Sentada en mi rincón pensadote a gritos, las cumbres en cielos grises,
no he dejado de querete, el amor no se finge, dime qué hago con mis
sueños vestidos de ilusión, el crepúsculo se aleja y con él mis
recuerdos, el dolor sigue ahí sin ocultar sus verdaderas intenciones
conmigo, mi cuerpo fue arcilla en tus manos.

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