Un dia lograré mi redención y el paraíso, no llames a mi puerta, puedes
zarpar solo y que la vida borre nuestra maldita estela, se desnuda mi
corazón sobre el blanco papel, escriben mis dedos escarchas sobre el
cristal, en la ventana canta un pájaro carpintero y a lo lejos una
música con notas heridas y de repente la neblina cubrió mis pesares,
bendito el ardor de mi alma que mis ojos ven más allá.

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