Los anillos de la angustia me apresan, camino por caminos llenos de
espinas con mis pies descalzos, jamás encontré quien me tendiera su mano
para salvarme, sí encontré quienes me empujaron al abismo, qué miran
los ríos en una noche estrellada, qué mira el alba, qué miran las aves
al amanecer, qué mira el viento cuando pasa raudo por la colina, espadas
de silencio atraviesan mi cuerpo yerto, me he sentido sola, muy sola.

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