Te esperaba en aquellas calles repletas de gente que me veían con
curiosidad, bajo la lluvia de aquel otoño, te buscaba entre la multitud
con mi corazón palpitante, cuando te veía subía al cielo me emocionaba,
me sentía orgullosa de ti, con tu porte de dios griego, aquella tarde se
me hizo tarde y lo vi con otra, me regresé empapada de soledad, me vio,
me siguió hasta la estación del tren, no le hablé, me monté en el tren,
sabía que estaba aquí pero no lo miré y me ahogué en el mar del olvido.

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