Otro
dia sin ti, los días se me hacen eternos, sin verte, ni saber cómo
estás. Mi Imaginación y amor vuelan donde estás y solo siento tu olvido. Morella de Román.
lunes, 30 de junio de 2014
domingo, 29 de junio de 2014
sábado, 28 de junio de 2014
lunes, 23 de junio de 2014
viernes, 20 de junio de 2014
miércoles, 18 de junio de 2014
La Cerdita Tobe
La Cerdita Tobe
Morella de Román
En medio del bosque venía una cerdita, estaba cansada de tanto caminar, se sentó bajo un gran árbol a descansar, sobaba sus pies, cuando de repente se le montó en el hombro una ardilla llorando, la cerdita se sorprendió al verla.
—¿Por qué lloras? —preguntó la cerdita, la ardilla no podía responder del pesar, la cerdita la animó para que hablara, daba pequeños golpecitos en la espalda, la ardilla entre sollozos.
—Van, van a talar, to... todos los arboles del bosque —respondió lamentándose.
—Amiga no llores, no han empezado aún, cuando veas que los talan, llora, ahora no, puede suceder algo que impida que lo hagan —respondió la cerdita Tobe, para animarla, pero realmente pensó «Solo un milagro salvara al bosque de que lo conviertan en una ciudad» la ardilla al escucharla dejó de llorar.
—¿Tú crees? —preguntó secándose las lágrimas.
—¡Claro! No llores, verás que tengo razón
—Cuál es tu nombre? —preguntó la cerdita.
—Adi —respondió la ardilla.
—¿Y el tuyo? —preguntó Adi, la ardilla.
—Tobe —respondió la cerdita.
—Que nombre tan raro —dijo Adi.
—Mis padres me contaron que cuando estaba chiquita me veía en el espejo y decía Tobe, les hacía gracia escuchármelo decir y me lo colocaron, cuando ya hablaba más claro, me preguntaron qué significaba, se sorprendieron al escuchar que Tobe era «Toda bella» mis padres se rieron porque tenía razón.
—Que coqueta eres y que amorosos son tus padres amiga —dijo Adi.
—¿Y el tuyo? —preguntó Tobe.
—Es porque sacaba la manito de la cuna y le decía adiós a mi papa. —Tobe sonrió.
—¿De dónde vienes tan elegante? —preguntó Adi a Tobe..
—Vengo del otro lado del bosque, busco esta dirección —respondió Tobe.
—Sigue por el sendero, encontraras un claro y allí a la derecha, al final del camino está el teatro —respondió la ardilla.
Tobe agradeció a Adi y se despidió de ella.
—Amiga vas a ganar, vi pasar a varias cerditas y no son tan bonitas, ni elegantes como tú y lo principal me vieron llorar y ninguna se detuvo a preguntarme ¿Por qué lloraba? —comentó Adi, Tobe se río y no respondió al comentario que hizo la ardilla, no quería subestimas a las otras candidatas.
—Adiós amiga, de regreso paso por aquí para ver cómo sigues —Caminó elegantemente, no había avanzado mucho, cuando la ardilla corrió detrás de ella.
—Tobe de regreso el señor tigre te puede llevar a tu casa, tiene una canoa, cuando se acerque a la orilla del río le digo —dijo la ardilla.
—Está bien Adi dile —respondió Tobe.
La cerdita caminó por el sendero antes de llegar al claro pensó «creí que era más cerca» al fin llegó al claro y se dirigió a la derecha, se alegró cuando vio el teatro, afuera estaban reunidas otras cerditas, Tobe pensó «la competencia va a estar reñida, hay muchas chicas lindas» miró el teatro, pensó «es majestuoso» la sacó de sus pensamientos una de las concursante que gritaba porque se le cayo el tacón del zapato, Tobe corrió hacia ella.
—Eso no importa, pintate las uñas, con zapatos o sin ellos las cerditas somos lindas —comentó Tobe,la cerdita sonrió, se dirigió a la entrada del teatro que habían unos escalones, la cerdita se sentó en uno y las demás concursantes la taparon, se pintó las uñas le dio las gracias a Tobe y entraron todas al teatro, se sentaron a esperar que las llamaran para concursar.
Mientras tanto al ardilla corrió a la casa de una de las hadas y le contó de su encuentro con Tobe.
—Hay que ayudarla, voy a preparar un hechizo —respondió Diadema, cerró los ojos.
—Adi tu amiga no necesita de mi, ella va a ser la ganadora del casting y no solo eso va a ser una cantante famosa. —La ardilla Adi se emocionó, se despidió de Diadema y fue a su casa en el gran árbol para hacer sus quehaceres y deseaba que pasaron el tiempo rápido para volver a ver a Tobe.
En el teatro todas las concursantes estaban nerviosas, les entregaron el guion, Tobe lo leyó, pensó «tengo que dejar los nervios y mostrar seguridad» cuando le tocó su turno, Tobe llamó la atención del jurado desde que llegó, su vestido de acuerdo para la ocasión, su maquillaje y su actuación fenomenal, ganó, todas la abrazaron, felicitaron y salieron a celebrar, en un club la orquesta empezó a tocar, Tobe cantó, el galán que bailaba con ella, le dijo a los de la orquesta para que Tobe cantara una canción, cuando empezó a cantar todos se acercaron a verla y decían.
—¡QUÉ BONITA Y LA VOZ ES ESPECTACULAR! —Todos tenían sus miradas puestas en Tobe.
Casi en la madrugada llegó al hotel, estaba cansada se fue directo a dormir, Tobe se despertó temprano, pendiente porque tenía que pasar por la casa de su amiga Adi, para ver como siguía y ver como solucionaban el problema de los que querían invadir el bosque, se levantó, preparó su baño, mientras se enjabonaba tarareó una canción, salió del baño con una toalla como un pareo, se vistió rápidamente, se maquilló y salió en búsqueda de su amiga, caminó hasta el gran árbol.
—¡ADI, ADI, lDA —llamó Tobe, Adi se asomó a la ventana despeinada.
—¡Ya bajo ami! —respondió alegre la ardilla.
—Adi apurate, no podemos perder tiempo —dijo Tobe.
Adi bajó del árbol.
—Vamos a buscar a todas las hadas del bosque —dijo la ardilla.
Las dos caminaron, Tobe miró a su amiga.
—Adi arreglate el cabello, que parece que vino un ventarrón y casi te arranca el cabello —dijo Tobe, sonrió al ver a su amiga .
—Mejor ami, así me ve el invasor despelucada y se asusta —respondió Adi.
—Va a salir corriendo, madre susto que le vas a dar —respondió Tobe, las dos soltaron unas carcajadas.
—Ami esa es la casa de Diadema. —Le mostró la ardilla.
—¡Qué bonita! Tiene forma de calabaza —respondió Tobe.
—Vamos entremos a la calabaza —dije Adi, ya Diadema sabía que las amigas iban y había convocado a todas las hadas.
—Siéntense que al llegar los invasores comienza la fiesta. —Están frente a una pantalla del tamaño de la pared, Diadema hace un movimiento con la mano y se enciende.
—Miren ya comienzan a llegar los taladores y aquel de camisa azul es el que quiere quitarnos el bosque. —En eso aparecen en la pantalla una manada de elefantes, se ven tan cerca.
—Ayyyyyy —gritó Adi.
Llovió torrencialmente, volvieron a sus cauces los ríos que hacia años se habían secado.
—¿Se va acabar el mundo? —preguntó Adi.
—No Adi, es magia, ellos si ven todo eso como real, pero nada existe —dijo Diadema, Tobe y Adi miraban alegres como todos huían.
—¡Salvamos el bosque! —dijo Diadema, todas las hadas, Adi y Tobe aplaudieron.
—¡VIVA EL BOSQUE! —gritaron alegres, después de celebrar que el bosque estaba a salvo, se despidieron y Tobe con Adi fueron al río, Tobe abrazó a Adi, le prometió volver a visitarla, se montó en la canoa del señor tigre, Adi corrió por la orilla, miraba como se alejaba, mientras Tobe agitaba su mano para despedir a su nueva y simpática amiga, se fue a su casa con el señor tigre a buscar a su familia.
martes, 17 de junio de 2014
no puedo dormir, me asomo a la ventana miro al cielo, la fulgida luna parece de plata hay una luz que cambia de colores como un diamante, rubí, esmeralda me quedo embelesada, oigo la voz de Dios ese es el mundo sin dolor que deseaste para tu amado pero sabes, él no es feliz, te ama demasiado.
Morella de Román
miércoles, 11 de junio de 2014
martes, 10 de junio de 2014
Las Aventuras de Linda
Linda
es una niña de cinco años que vive con sus padres en una cabaña ubicada en una
montaña cubierta de nieve, como cualquier niña de su edad es curiosa y le gusta
jugar con los animales, mientras su madre ordeña las vacas, ella los persigue
sobre todo a las cabras y los perros, Linda es feliz, le gusta correr por todo
el lugar.
La
cabaña es bonita, su madre se ocupa de mantenerla limpia, su padre trabaja en
el pueblo cercano, en los días libre sale a cazar, Linda siempre llora porque
se quiere ir con él. Un día muy temprano, se levantó para ver si lograba
convencerlo para que la llevara, pero como siempre su padre se negó, porque
estaba muy pequeña para acompañarlo, la pequeña al verlo partir lloró
incontrolable, su madre la consoló hasta que Linda se durmió profundamente, su
madre se dirigió al establo triste por ver a la niña tan infeliz.
—No
corras Linda, solo quiero ser tu amigo —expresó el oso.
Linda
se despertó sobresaltada el ladrido de los perros la despertaron, salió de la
cabaña y comenzó a correr detrás de los perros, se apartó demasiado de la
cabaña, no sabía cómo regresar, de repente se asustó, se encontró con un oso
polar, al verlo tan grande Linda se aterrorizó y quiso correr, pero por el
miedo se quedó paralizada.
—¿Oso
cómo sabes mi nombre? —preguntó Linda.
—Porque
todos los animales lo saben, las aves lo cantan en sus trinares, ¡Linda oye! El
aullido emotivo de los lobos diciendo tu nombre —comentó el oso.
—No
puedo oírlo, solo oigo sus aullidos, que me asustan —respondió Linda
—Los
perros también con sus ladridos, están diciendo tu nombre a los cuatro vientos,
se oye en toda la montaña.
Linda
estaba emocionada y a la vez temerosa por las palabras del oso, nunca antes
había visto a un animal hablar, de repente oyó la voz de su madre.
—Amigo
me tengo que ir, voy a ayudar a mi mamá con los quehaceres, nos vemos otro día.
Pero la pequeña no sabía que camino debía tomar, el oso con delicadeza cargó a
Linda y la subió sobre su lomo y comenzó a correr con ella, el cabello le
cubría la cara, la bufanda la movía el viento y la brisa pegaba en su rostro,
la niña sonreía.
Se
acercó un caballo, Linda lo reconoció era uno de los que pertenecía a su padre,
se escapó del establo de la cabaña.
—Oso
quiero llevar a mi amiga. —dijo el caballo, Linda se asombró en todo el tiempo
que lo conocía jamás había hablado con ella.
—No,
yo la llevo —respondió el oso.
Linda
reía y se divertía con sus nuevos amigos.
—¿Dónde
estaban ustedes, que no los veía? —preguntó Linda.
—Es
que estabas muy chiquita y no salías sola —respondió el oso.
Ya
habían avanzado un largo trecho, cuando el oso montó a linda sobre el caballo.
—Termina
de llevarla tú, si la mamá me ve se va asustar. —dijo el oso, linda acarició al
oso, se despidió de él.
—¿Mañana
nos volvemos a ver? —preguntó triste Linda.
—Si
Linda —respondió el oso y regresó por el mismo camino por donde venían, volteó
a ver el caballo y se le salió una lágrima.
—¡NO
LLORES! —gritó Linda, el oso sonrió al escucharla.
Avanzaron
lentamente, llegaron a un camino estrecho, les cayeron unas gotas como de roció.
—¡Abrígate
bien Linda! —dijo el caballo.
—Si
amigo, estoy abrigada —respondió Linda, se cruzó en el camino un conejo.
—¿Amigo
qué animalito es ese, que se ríe conmigo y pela los dientes? —El caballo se río.
—Es
un conejo, tiene los dientes así, pero si tú crees que se ríe contigo pues así
será —respondió el caballo.
Linda
vio unas mariposas amarillas con negro, sintió curiosidad.
—¿Las
mariposas son solo amarillas y negro? —preguntó Linda.
—No,
hay de variados colores, pero como en este momento hay solo de esos colores,
cierra tus ojitos y te las imaginas. —respondió el caballo, Linda muy obediente
cerró sus ojos.
—¡Ayy!
—gritó Linda
—¿Qué
pasa? —preguntó asustado el caballo.
—No
te asustes, es que vi tantas mariposas lindas cerca de mí, que pensé que se me
iban a parar encima —respondió Linda.
El
caballo se detuvo.
—¿Amigo
estás cansado? —preguntó Linda.
—No,
mira allá abajo la osa y sus cachorros. —Linda miró y los vio como corrían y
jugaban entre ellos, mientras su madre los miraba atenta, parecía que los
vigilaba.
—Blancos
como la nieve y peluditos, quiero uno así para jugar —expresó Linda.
—No
puedes tener uno, ellos tienen que estar con su mamá, como tú que siempre estás
con ella —respondió el caballo.
—Pero
ahora estoy contigo, antes estaba con el oso, entonces el también puede estar
conmigo —respondió Linda.
—Es
que la mamá de ellos es muy brava, si te acercas se molestara y te puede pegar
—respondió el caballo.
—¿Y
si me lo llevo escondido y corro mucho hasta dónde no pueda alcanzarme?
—preguntó Linda.
—Es
muy arriesgado, no se te ocurra hacerlo —recomendó el caballo.
Siguieron
por el camino, cabalgaron hasta casi llegar a la cabaña, se veía iluminada, Linda se bajó del caballo lo
acarició y le agradeció por llevarla, él sonrió y siguió hasta el establo, Linda
entró por la ventana y se acostó de nuevo en su cama.
En
la madrugada la madre oyó unos gritos y pensó «Es Linda» corrió hacia la
habitación de la pequeña, prendió la lámpara, alumbró la cama, miró que Linda
no estaba sobre ella, de repente Linda salió del otro lado de la cama, la
pequeña lloraba, corrió a los brazos de su madre.
—Mamá
andaba jugando con un oso, me cargó, Azabache me hablaba, me vine a dormir,
pero salí a quitarle un osito a la osa, me siguió hasta aquí, estaba luchando
con ella, me tumbó de la cama y corrió cuando le dije que tú venías a ayudarme
a quitarle su osito. —La madre la abrazó.
—Mi
niña, no todo lo que queremos lo podemos tener —dijo su madre, la niña limpió
su nariz.
—¿Quieres
un perrito? —preguntó la madre.
—Si
mamá, ahora les tengo miedo a las osas, Azabache me lo dijo, que si me acercaba
a ellas me pegaban, pero no creí y eso que corrí, corrí, pero me alcanzó en la
cama. —Linda se levantó, fue al establo, su madre la siguió.
—¡Mamá,
mamá, ya Azabache no me habla! —dijo la pequeña y abrió muy grande sus ojos.
—¡Hija!
Eso lo soñaste, él no habla. —Cargó a la pequeña y en silencio volvió a su
cuarto, colocó a la pequeña en su cama y se acostó de nuevo, Linda abrazó a su
madre y las dos se durmieron tranquilamente, la pequeña dibujó una sonrisa en
su rostro, otra aventura comenzaba de nuevo en sus sueños.
FIN
Morella de Roman

domingo, 8 de junio de 2014
viernes, 6 de junio de 2014
jueves, 5 de junio de 2014
La Estación
La tarde estaba fría, la estación del tren tenía pocos viajeros, a esta
hora muchos trabajan, otros estudian, las tiendas cercanas están vacías,
un taxi se detiene justo enfrente de la estación, de el se baja una
joven, delgada, de cabello de oro abundante, su vestido azul combina muy
bien con sus ojos, el chófer le abrió la puerta del auto y caminó a la
parte trasera para abrir la maleta y sacar el equipaje de la joven, ella
le agradeció con una sonrisa.
Comenzaron a llegar los viajeros, el
primero era alto, de buen vestir, cabello ondulado y un grueso bigote,
llevaba un bastón, miraba insistentemente su reloj pensé que esperaba a
alguien, una señora con un bebe, ella de mediana estatura, regordeta, su
cabello recogido color castaño, su vestido floreado la hacia ver más
pequeña, una señora muy elegante con un cabello negro y muy rizado, su
piel de un bonito marrón oscuro, su atuendo unos pantalones negros y una
blusa blanca muy elegante, la acompaña un señor muy delgado de cara
angulosa, cejas pobladas apenas sonríe.
Empieza a llover, llega
corriendo un hombre joven, atlético, color moreno, de boca firme, ojos
tiernos, cabello liso y abundante, se sienta a mi lado, espera un rato,
llega el tren los viajeros suben, se va y me quedo contemplado hasta que
se pierde en la lejanía.
Llega un carro se baja una mujer joven con
un vestido verde, se me acerca y me pregunta si vi a un joven y le digo
creo que a quien buscas ya se fue, espero un rato, miro el cielo
nublado, observo todo para olvidar que a quien espero nunca vendrá.
miércoles, 4 de junio de 2014
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