lunes, 30 de junio de 2014

Otro dia sin ti, los días se me hacen eternos, sin verte, ni saber cómo estás. Mi Imaginación y amor vuelan donde estás y solo siento tu olvido. Morella de Román.

 
Arrancarte de mi alma, es como quitarle el agua al mar, al cielo las estrellas, la noche al día, arrancar todas las flores. Declina la noche y no estás, eres un fantasma que solo está en mi alma solitaria. Morella de Román.



domingo, 29 de junio de 2014

La brisa fría, me cala los huesos, cierro las ventanas y se cuela por el resquicio de la puerta, me abrigo, pasan las horas y aterida deseo que estés a mi lado, para que con tu calor me quites el frío. Morella de Román.


Me pides que vuelva, soy como las aves, que cuando abandonan la jaula nunca vuelven a ella, amo la libertad como ellas. Morella de Román.


sábado, 28 de junio de 2014

Si deja el mundo de girar sería un desastre, si tú me dejas de amar, nada sucedería, ni una hoja del árbol seco caería. Morella de Román.  



Mi resplandor que tanto te gusta, mis palabras de amor que te hacen vibrar, es mi eco, soy una estrella que aunque lejana te ama. Morella de Román.


lunes, 23 de junio de 2014

En las alas de la paloma mensajera, te envío mi amor, recibelo, no te lleva mensaje escrito, porque sé que no lo vas a leer, ya no te emocionan mis palabras de amor y no quiero molestar. Morella de Román.




Soy una rosa con muchas espinas, cuidate de mis espinas, que yo me cuidare de tus traiciones. Morella de Román.


viernes, 20 de junio de 2014

No tengo apuro, porque tengo toda una vida para amarte y un minuto para olvidarte.

Tengo que hacer un mundo diferente, porque no cabemos en este, mientras hago el mio ¡Alejate de este!


miércoles, 18 de junio de 2014

La Cerdita Tobe




La Cerdita Tobe
Morella de Román

En medio del bosque venía una cerdita, estaba cansada de tanto caminar, se sentó bajo un gran árbol a descansar, sobaba sus pies, cuando de repente se le montó en el hombro una ardilla llorando, la cerdita se sorprendió al verla.

—¿Por qué lloras? —preguntó la cerdita, la ardilla no podía responder del pesar, la cerdita la animó para que hablara, daba pequeños golpecitos en la espalda, la ardilla entre sollozos.

—Van, van a talar, to... todos los arboles del bosque —respondió lamentándose.

—Amiga no llores, no han empezado aún, cuando veas que los talan, llora, ahora no, puede suceder algo que impida que lo hagan —respondió la cerdita Tobe, para animarla, pero realmente pensó «Solo un milagro salvara al bosque de que lo conviertan en una ciudad» la ardilla al escucharla dejó de llorar.

—¿Tú crees? —preguntó secándose las lágrimas.

—¡Claro! No llores, verás que tengo razón

—Cuál es tu nombre? —preguntó la cerdita.

—Adi —respondió la ardilla.

—¿Y el tuyo? —preguntó Adi, la ardilla.

—Tobe —respondió la cerdita.

—Que nombre tan raro —dijo Adi.

—Mis padres me contaron que cuando estaba chiquita me veía en el espejo y decía Tobe, les hacía gracia escuchármelo decir y me lo colocaron, cuando ya hablaba más claro, me preguntaron qué significaba, se sorprendieron al escuchar que Tobe era «Toda bella» mis padres se rieron porque tenía razón.

—Que coqueta eres y que amorosos son tus padres amiga —dijo Adi.

—¿Y el tuyo? —preguntó Tobe.

—Es porque sacaba la manito de la cuna y le decía adiós a mi papa. —Tobe sonrió.

—¿De dónde vienes tan elegante? —preguntó Adi a Tobe..

—Vengo del otro lado del bosque, busco esta dirección —respondió Tobe.

—Sigue por el sendero, encontraras un claro y allí a la derecha, al final del camino está el teatro —respondió la ardilla.

Tobe agradeció a Adi y se despidió de ella.

—Amiga vas a ganar, vi pasar a varias cerditas y no son tan bonitas, ni elegantes como tú y lo principal me vieron llorar y ninguna se detuvo a preguntarme ¿Por qué lloraba? —comentó Adi, Tobe se río y no respondió al comentario que hizo la ardilla, no quería subestimas a las otras candidatas.

—Adiós amiga, de regreso paso por aquí para ver cómo sigues —Caminó elegantemente, no había avanzado mucho, cuando la ardilla corrió detrás de ella.

—Tobe de regreso el señor tigre te puede llevar a tu casa, tiene una canoa, cuando se acerque a la orilla del río le digo —dijo la ardilla.

—Está bien Adi dile —respondió Tobe.

La cerdita caminó por el sendero antes de llegar al claro pensó «creí que era más cerca» al fin llegó al claro y se dirigió a la derecha, se alegró cuando vio el teatro, afuera estaban reunidas otras cerditas, Tobe pensó «la competencia va a estar reñida, hay muchas chicas lindas» miró el teatro, pensó «es majestuoso» la sacó de sus pensamientos una de las concursante que gritaba porque se le cayo el tacón del zapato, Tobe corrió hacia ella.

—Eso no importa, pintate las uñas, con zapatos o sin ellos las cerditas somos lindas —comentó Tobe,la cerdita sonrió, se dirigió a la entrada del teatro que habían unos escalones, la cerdita se sentó en uno y las demás concursantes la taparon, se pintó las uñas le dio las gracias a Tobe y entraron todas al teatro, se sentaron a esperar que las llamaran para concursar.

Mientras tanto al ardilla corrió a la casa de una de las hadas y le contó de su encuentro con Tobe.

—Hay que ayudarla, voy a preparar un hechizo —respondió Diadema, cerró los ojos.

—Adi tu amiga no necesita de mi, ella va a ser la ganadora del casting y no solo eso va a ser una cantante famosa. —La ardilla Adi se emocionó, se despidió de Diadema y fue a su casa en el gran árbol para hacer sus quehaceres y deseaba que pasaron el tiempo rápido para volver a ver a Tobe.

En el teatro todas las concursantes estaban nerviosas, les entregaron el guion, Tobe lo leyó, pensó «tengo que dejar los nervios y mostrar seguridad» cuando le tocó su turno, Tobe llamó la atención del jurado desde que llegó, su vestido de acuerdo para la ocasión, su maquillaje y su actuación fenomenal, ganó, todas la abrazaron, felicitaron y salieron a celebrar, en un club la orquesta empezó a tocar, Tobe cantó, el galán que bailaba con ella, le dijo a los de la orquesta para que Tobe cantara una canción, cuando empezó a cantar todos se acercaron a verla y decían.

—¡QUÉ BONITA Y LA VOZ ES ESPECTACULAR! —Todos tenían sus miradas puestas en Tobe.

Casi en la madrugada llegó al hotel, estaba cansada se fue directo a dormir, Tobe se despertó temprano, pendiente porque tenía que pasar por la casa de su amiga Adi, para ver como siguía y ver como solucionaban el problema de los que querían invadir el bosque, se levantó, preparó su baño, mientras se enjabonaba tarareó una canción, salió del baño con una toalla como un pareo, se vistió rápidamente, se maquilló y salió en búsqueda de su amiga, caminó hasta el gran árbol.

—¡ADI, ADI, lDA —llamó Tobe, Adi se asomó a la ventana despeinada.

—¡Ya bajo ami! —respondió alegre la ardilla.

—Adi apurate, no podemos perder tiempo —dijo Tobe.

Adi bajó del árbol.

—Vamos a buscar a todas las hadas del bosque —dijo la ardilla.

Las dos caminaron, Tobe miró a su amiga.

—Adi arreglate el cabello, que parece que vino un ventarrón y casi te arranca el cabello —dijo Tobe, sonrió al ver a su amiga .

—Mejor ami, así me ve el invasor despelucada y se asusta —respondió Adi.

—Va a salir corriendo, madre susto que le vas a dar —respondió Tobe, las dos soltaron unas carcajadas.

—Ami esa es la casa de Diadema. —Le mostró la ardilla.

—¡Qué bonita! Tiene forma de calabaza —respondió Tobe.

—Vamos entremos a la calabaza —dije Adi, ya Diadema sabía que las amigas iban y había convocado a todas las hadas.

—Siéntense que al llegar los invasores comienza la fiesta. —Están frente a una pantalla del tamaño de la pared, Diadema hace un movimiento con la mano y se enciende.

—Miren ya comienzan a llegar los taladores y aquel de camisa azul es el que quiere quitarnos el bosque. —En eso aparecen en la pantalla una manada de elefantes, se ven tan cerca.

—Ayyyyyy —gritó Adi.

Llovió torrencialmente, volvieron a sus cauces los ríos que hacia años se habían secado.

—¿Se va acabar el mundo? —preguntó Adi.

—No Adi, es magia, ellos si ven todo eso como real, pero nada existe —dijo Diadema, Tobe y Adi miraban alegres como todos huían.

—¡Salvamos el bosque! —dijo Diadema, todas las hadas, Adi y Tobe aplaudieron.

—¡VIVA EL BOSQUE! —gritaron alegres, después de celebrar que el bosque estaba a salvo, se despidieron y Tobe con Adi fueron al río, Tobe abrazó a Adi, le prometió volver a visitarla, se montó en la canoa del señor tigre, Adi corrió por la orilla, miraba como se alejaba, mientras Tobe agitaba su mano para despedir a su nueva y simpática amiga, se fue a su casa con el señor tigre a buscar a su familia.




martes, 17 de junio de 2014

Si tú lloras yo lloro más por ti y te amo más que ella, ese es el destino que la vida nos dio, vamos jugamos igual.

Morella de Román

no puedo dormir, me asomo a la ventana miro al cielo, la fulgida luna parece de plata hay una luz que cambia de colores como un diamante, rubí, esmeralda me quedo embelesada, oigo la voz de Dios ese es el mundo sin dolor que deseaste para tu amado pero sabes, él no es feliz, te ama demasiado.

Morella de Román

miércoles, 11 de junio de 2014

Cuando me decías ¡Te amo! Creía que el sol era de oro, la luna de plata, el mar de cristal y las estrellas mis aretes, al fin me convencí que vivía de quimeras.

Morella de Roman

 

martes, 10 de junio de 2014

Aunque me queme en el infierno del arrepentimiento, esta noche, te digo ¡Te amo!

Morella de Roman

 
Te amo tanto, que si las almas aman en el más allá, te seguiré amando.

Morella de Roman

Las Aventuras de Linda
Linda es una niña de cinco años que vive con sus padres en una cabaña ubicada en una montaña cubierta de nieve, como cualquier niña de su edad es curiosa y le gusta jugar con los animales, mientras su madre ordeña las vacas, ella los persigue sobre todo a las cabras y los perros, Linda es feliz, le gusta correr por todo el lugar.
 La cabaña es bonita, su madre se ocupa de mantenerla limpia, su padre trabaja en el pueblo cercano, en los días libre sale a cazar, Linda siempre llora porque se quiere ir con él. Un día muy temprano, se levantó para ver si lograba convencerlo para que la llevara, pero como siempre su padre se negó, porque estaba muy pequeña para acompañarlo, la pequeña al verlo partir lloró incontrolable, su madre la consoló hasta que Linda se durmió profundamente, su madre se dirigió al establo triste por ver a la niña tan infeliz.
—No corras Linda, solo quiero ser tu amigo —expresó el oso.
Linda se despertó sobresaltada el ladrido de los perros la despertaron, salió de la cabaña y comenzó a correr detrás de los perros, se apartó demasiado de la cabaña, no sabía cómo regresar, de repente se asustó, se encontró con un oso polar, al verlo tan grande Linda se aterrorizó y quiso correr, pero por el miedo se quedó paralizada.
—¿Oso cómo sabes mi nombre? —preguntó Linda.

—Porque todos los animales lo saben, las aves lo cantan en sus trinares, ¡Linda oye! El aullido emotivo de los lobos diciendo tu nombre —comentó el oso.
—No puedo oírlo, solo oigo sus aullidos, que me asustan —respondió Linda
—Los perros también con sus ladridos, están diciendo tu nombre a los cuatro vientos, se oye en toda la montaña.
Linda estaba emocionada y a la vez temerosa por las palabras del oso, nunca antes había visto a un animal hablar, de repente oyó la voz de su madre.
—Amigo me tengo que ir, voy a ayudar a mi mamá con los quehaceres, nos vemos otro día. Pero la pequeña no sabía que camino debía tomar, el oso con delicadeza cargó a Linda y la subió sobre su lomo y comenzó a correr con ella, el cabello le cubría la cara, la bufanda la movía el viento y la brisa pegaba en su rostro, la niña sonreía.
Se acercó un caballo, Linda lo reconoció era uno de los que pertenecía a su padre, se escapó del establo de la cabaña.
—Oso quiero llevar a mi amiga. —dijo el caballo, Linda se asombró en todo el tiempo que lo conocía jamás había hablado con ella.
—No, yo la llevo —respondió el oso.
Linda reía y se divertía con sus nuevos amigos.
—¿Dónde estaban ustedes, que no los veía? —preguntó Linda.
—Es que estabas muy chiquita y no salías sola —respondió el oso.
Ya habían avanzado un largo trecho, cuando el oso montó a linda sobre el caballo.
—Termina de llevarla tú, si la mamá me ve se va asustar. —dijo el oso, linda acarició al oso, se despidió de él.
—¿Mañana nos volvemos a ver? —preguntó triste Linda.
—Si Linda —respondió el oso y regresó por el mismo camino por donde venían, volteó a ver el caballo y se le salió una lágrima.
—¡NO LLORES! —gritó Linda, el oso sonrió al escucharla.
Avanzaron lentamente, llegaron a un camino estrecho, les cayeron unas gotas como de roció.
—¡Abrígate bien Linda! —dijo el caballo.
—Si amigo, estoy abrigada —respondió Linda, se cruzó en el camino un conejo.
—¿Amigo qué animalito es ese, que se ríe conmigo y pela los dientes? —El caballo se río.
—Es un conejo, tiene los dientes así, pero si tú crees que se ríe contigo pues así será —respondió el caballo.
Linda vio unas mariposas amarillas con negro, sintió curiosidad.
—¿Las mariposas son solo amarillas y negro? —preguntó Linda.
—No, hay de variados colores, pero como en este momento hay solo de esos colores, cierra tus ojitos y te las imaginas. —respondió el caballo, Linda muy obediente cerró sus ojos.
—¡Ayy! —gritó Linda
—¿Qué pasa? —preguntó asustado el caballo.
—No te asustes, es que vi tantas mariposas lindas cerca de mí, que pensé que se me iban a parar encima —respondió Linda.
El caballo se detuvo.
—¿Amigo estás cansado? —preguntó Linda.
—No, mira allá abajo la osa y sus cachorros. —Linda miró y los vio como corrían y jugaban entre ellos, mientras su madre los miraba atenta, parecía que los vigilaba.
—Blancos como la nieve y peluditos, quiero uno así para jugar —expresó Linda.
—No puedes tener uno, ellos tienen que estar con su mamá, como tú que siempre estás con ella —respondió el caballo.
—Pero ahora estoy contigo, antes estaba con el oso, entonces el también puede estar conmigo —respondió Linda.
—Es que la mamá de ellos es muy brava, si te acercas se molestara y te puede pegar —respondió el caballo.
—¿Y si me lo llevo escondido y corro mucho hasta dónde no pueda alcanzarme? —preguntó Linda.
—Es muy arriesgado, no se te ocurra hacerlo —recomendó el caballo.
Siguieron por el camino, cabalgaron hasta casi llegar a la cabaña, se veía  iluminada, Linda se bajó del caballo lo acarició y le agradeció por llevarla, él sonrió y siguió hasta el establo, Linda entró por la ventana y se acostó de nuevo en su cama.
En la madrugada la madre oyó unos gritos y pensó «Es Linda» corrió hacia la habitación de la pequeña, prendió la lámpara, alumbró la cama, miró que Linda no estaba sobre ella, de repente Linda salió del otro lado de la cama, la pequeña lloraba, corrió a los brazos de su madre.
—Mamá andaba jugando con un oso, me cargó, Azabache me hablaba, me vine a dormir, pero salí a quitarle un osito a la osa, me siguió hasta aquí, estaba luchando con ella, me tumbó de la cama y corrió cuando le dije que tú venías a ayudarme a quitarle su osito. —La madre la abrazó.
—Mi niña, no todo lo que queremos lo podemos tener —dijo su madre, la niña limpió su nariz.
—¿Quieres un perrito? —preguntó la madre.
—Si mamá, ahora les tengo miedo a las osas, Azabache me lo dijo, que si me acercaba a ellas me pegaban, pero no creí y eso que corrí, corrí, pero me alcanzó en la cama. —Linda se levantó, fue al establo, su madre la siguió.
—¡Mamá, mamá, ya Azabache no me habla! —dijo la pequeña y abrió muy grande sus ojos.
—¡Hija! Eso lo soñaste, él no habla. —Cargó a la pequeña y en silencio volvió a su cuarto, colocó a la pequeña en su cama y se acostó de nuevo, Linda abrazó a su madre y las dos se durmieron tranquilamente, la pequeña dibujó una sonrisa en su rostro, otra aventura comenzaba de nuevo en sus sueños.
FIN
 
Morella de Roman
 

domingo, 8 de junio de 2014

Con mi sombrilla bajo la lluvia, lloró como lo hace el cielo, me duele tu olvido, me atormenta tu recuerdo, tus besos me queman, tus mano me acarician, oigo tu voz diciéndome ¡te amo! Veo a los lados y no estas, arrecia la lluvia y me voy con mi soledad.

Al atardecer el horizonte se tiñe de un intenso arrebol y me siento en la terraza a contemplarlos hasta que se pierden a lo lejos, me quedo pensando, soñando despierta contigo, mi mente vaga al fin me tranquilizo porque pienso que la vida no me quiere contigo.

 

viernes, 6 de junio de 2014

Silencio, solo silencio en la noche oscura, no hay luz a tientas busco la lámpara, no enciende, sigo buscando en una mesa hay unos cerrillos y una vela, la enciendo y esta tu foto. Ay Dios, ahora hay oscuridad en mi alma también.


En la arena caliente del desierto, me quemo los pies, camino, te veo lejano, corro, ya cuando creo alcanzarte te vas, sedienta me acuesto en la arena y en mi letargo te veo llegar, me levanto para abrazarte y la imagen que veo se desvanece y caigo de rodillas en la arena caliente.

jueves, 5 de junio de 2014

La Estación

La tarde estaba fría, la estación del tren tenía pocos viajeros, a esta hora muchos trabajan, otros estudian, las tiendas cercanas están vacías, un taxi se detiene justo enfrente de la estación, de el se baja una joven, delgada, de cabello de oro abundante, su vestido azul combina muy bien con sus ojos, el chófer le abrió la puerta del auto y caminó a la parte trasera para abrir la maleta y sacar el equipaje de la joven, ella le agradeció con una sonrisa.
 Comenzaron a llegar los viajeros, el primero era alto, de buen vestir, cabello ondulado y un grueso bigote, llevaba un bastón, miraba insistentemente su reloj pensé que esperaba a alguien, una señora con un bebe, ella de mediana estatura, regordeta, su cabello recogido color castaño, su vestido floreado la hacia ver más pequeña, una señora muy elegante con un cabello negro y muy rizado, su piel de un bonito marrón oscuro, su atuendo unos pantalones negros y una blusa blanca muy elegante, la acompaña un señor muy delgado de cara angulosa, cejas pobladas apenas sonríe.
Empieza a llover, llega corriendo un hombre joven, atlético, color moreno, de boca firme, ojos tiernos, cabello liso y abundante, se sienta a mi lado, espera un rato, llega el tren los viajeros suben, se va y me quedo contemplado hasta que se pierde en la lejanía.
Llega un carro se baja una mujer joven con un vestido verde, se me acerca y me pregunta si vi a un joven y le digo creo que a quien buscas ya se fue, espero un rato, miro el cielo nublado, observo todo para olvidar que a quien espero nunca vendrá.