Mi mirada se queda en las colinas y atraviesan las puertas del ignoto tiempo para recordarte en mis brazos, no me importa si me recuerdas, ya todo se acabó para mí, hay tempestades lejanas, atrapada en mis noches febriles de insomnio, el olvido se convierte en un jamás. Qué breve fue tu presencia, en mi hastío
me olvidé de mí misma y del tiempo, qué breve tu amor y qué largo mi amor por ti.
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