Aquel día que me casé con el Basilisco, ese día morí en vida, las hienas que vivían conmigo se unieron con él para atacarme, me quedé desnuda, le pregunto a la vida que les hizo esta alma maldita a esos seres para vivir así bajo sus patas, no puedo seguir escribiendo, me siento como sostenida por hilos invisibles, sola en el mundo mirando un cielo que es extraño para mí, no me parece el mismo aunque vivo en este holocausto no tengo miedo, cuando uno pierde todo hasta el miedo se pierde,
no extraño nada de lo que perdí, siento un gran vacío, solo el maldito reloj que no se detiene.

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