martes, 29 de enero de 2019

Morella

Ese día tenía unos zapatos altos, grises con unas hojas verdes a los lados, una falda entallada gris y un sueter verde manga larga, mi cabellera suelta, estaba llegando a la casa mi amante y yo estaba en la esquina, cuando llegue al puente estaba un hombre que me dijo, yo no puedo comprarte, me paré ante él y le dije, ayer me dijo el hombre buenmozo que tiene a locas a las mujeres de este pueblo, Morella, ¿quieres ser mi novia? Le dije, no. Desde los trece años me estaba esperándo, el hombre me respondió, por qué le dijiste qué no. Le respondí, porque no lo amo. Acabé de hablar con un hombre que me dijo, Morella, ya sé que no me quieres, te regalo un viaje en un crucero con el hombre que quieras, pero salte del lado de esa gente que no te quiere, vi sus ojos mojados, sabía que la santa que me acompaña le dijo, que soy puta. El hombre me preguntó, por qué sigues aquí. Le respondí, sigo por esta senda incierta, no sé por qué, no sé a dónde me lleva, busco algo, pero no sé qué es, mi alma es la única que sabe, creo que estoy empezando a ver que busco, ah, a ese hombre que viste. Olvidame, hasta nunca.

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