Pocas lo conocen como yo lo conozco, el cansancio me lastima en el crudo desierto no entiendo la ironía del rechazo, ni el eco del olvido, así cómo una prisionera vago entre la neblina escondiendo mi fracaso, brindar por el tesoro perdido, brindo y lloro por lo valioso del tesoro, brindar por el silencio vagando en el abismo del desencanto
brindo por ti, maldito.

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