miércoles, 26 de diciembre de 2018

Rival

Vivíamos con una señora, ella me dijo un día que hace días veía tierra con unos polvos en la puerta de la casa, me los enseñó, yo con el pie los tiré, ella dijo, muchacha no hagas eso, le respondí, yo no creo en eso, una tarde llegó un primo, nos dijo que se iba para un pueblo a visitar a su madre, al rato regresó y dijo, no me voy porque me siento mal, le dijo a una de las que me acompañaban, tía si quieres las llevo a casa de tu hermano, dijo que sí, nos fuimos muy temprano, cuando regresamos la señora me dice, muchacha si esa mujer te encuentra aquí te mata, entró como una fiera, se metió por la cocina, para los cuartos,
ese hombre es tu salvador y que cosa es su nombre Salvador, pensé ¡Carajo, van a matar a esta belleza a los catorce años por ese vielo lagañoso y solo soy acompañante! A los meses me mudé cerca de la señora que fue a matarme, una tarde tocaron a la puerta, me asomé, estaba una señora con una caja, me preguntó, ¿tú eres Morella? Le respondí sí, me respondió, esto te lo manda la señora me dio un nombre, en la caja había un cofre llenó de sortiijas finas, zarcillos, collares, un sobre con unas líneas donde se disculpaba, a los días el cofre se perdió como magia, no sé como permitía. Cielo, Cielo.Se me olvidó decir que no se la devolví porque la señora se fue a su pueblo y el esposo se murió y ella nunca se enteró quién fue su rival.

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