Este jueves veinte de diciembre gris, todas las hojas son del viento
y yo enrroscada en el caparazón de la soledad,
no todos lloramos de la misma manera, yo escondo las lágrimas en una sonrisa y adentro los ríos de mi alma se desbordan, me muerdo los labios para no llamarte,
quiero embriagame para ahogar mis penas que me persiguen como perros de presa.
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