Tenías un nido en mi corazón aunque sabía que eras mi enemigo hasta que un día no aguanté y destrocé el nido y el gorrión voló, desde ese día no sé de él, yo no apuñalo por la espalda lo hago de frente para que me vean cara a cara, mis venganzas son silencio, indiferencia, sé empuñar mi pluma y las palabras saben a quién están dirigidas.

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