En las madrugadas llega el desvelo y una marejada de deseos se apodera de mí, en mi delirio mis ojos ávidos te buscan entre las sombras, vivo soñando y anhelo tenerte en mis brazos, sobrevuela el amanecer con furia el viento danza silencio y nostalgia, el árbol arroja las hojas contra la ventana, bajo mis pies una hoja cruje.

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