Un día mis ansias sedientas de cielo volaron, se posaron en ti y olvidé que tú te habías reído de mí y que te había visto en mi sueño como el culpable de que me condenaron, olvidé todo, me entregué a ti y empecé a amarte y tú a mí, pero la vida castiga, volaste sin poder yo detener tu vuelo, sin decirme, te amo Morella y yo lloré porque te había perdonado sin saber que esa era la sentencia que te había dado la vida.

No hay comentarios:
Publicar un comentario