El destino nos separó como el viento que pasa entre los dos y se pierde
mi poema, no es un reproche a tu olvido es que floreció el rosal y recordé el día de tu matrimonio que me aparecí en el altar con un ramo de veinticinco rosas y te dije, te devuelvo tus rosas y tú devuélveme mi amor, después de tu olvido, comencé a morir despacio, las horas se escapan de mis manos
y mi alma se eleva hacia la melancolía, han brotado otra vez los rosales, tú regresate a mi jardín, pero el viento pasó entre los dos y te llevó con él y el rosal murió.

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