El cielo bordando luceros en el firmamento, el fantasma del olvido extendió sus alas sobre mí, nada tengo, a nadie espero, traté que vinieran a buscarme en el tren lento, pero pasa pasa y no por mi, alma sigue escribiendo para que no sea tan pesado el equipaje y suelta esa lengua para que no vuelvas a decir lo que no dijiste.

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