Ese día que viniste a mi casa llegaste cantando como un ruiseñor, observaste todo como grabando en tu mente lo que es mi vida, ese día me dijiste, que el que vive a mi lado debe estar pagando lo malo que es conmigo, pensé, la vida cobra sus deudas y tu cantando como un ruiseñor, no pasaron ocho días y ya el estaba llorando por mí, tres mese estuvo penando
hasta que una amiga me llamó y me dijo, Morella déjalo ir, salí y lo veía en todas partes, en el cielo y la tierra, le respondí, así lo veo, no soy yo, es él, ahora sí va seguir su camino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario