Llueve y en cada tecla del piano es una gota que al caer dice tu nombre, eramos resplandor del verso, me enamoré de tu poema envecido, soy flor erguida, aroma que no se olvida, hoy quiero desahogar mi alma, sin ver pude entender, espero morir dormida, cayendo en el sueño eterno y despertar en ese más allá que llaman cielo, un día te acuné con con mis alas abatidas, hoy sepulto bajo la lluvia el beso de tu boca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario