Aquella noche te escribí, me dijeron que viniste a buscarme, no me busques, no te apenes que soy planta que en el fango nació hembra para el placer, voy caminando sobre el olvido,
no mojare mis pupilas esta noche que volvimos a vernos cara a cara en mi sueño para verte fijamente y grabarme tu imagen para que nunca se me borre,
dos caminos que se cruzaron por capricho del destino, nunca olvidé tus caricias y hoy comprendí que siempre te amé, jamás me imaginé que ibas a estar a mi lado el día de tu velorio, amor qué sorpresas me da la vida.

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