Nada sucede por casualidad, somos instantes, estamos de paso, yo caminé bajo el vuelo de buitres, yo amo como hombre, por qué jamás nos encontramos en una caricia, por qué tus paso firmes me seguían y los míos iban detrás de los tuyos, por qué nuestras almas se atraían como dos imanes, te conocía como que te había parido, esa noche me dijiste entre mi madre y yo hay un secreto, te respondí, que nunca le digas a una mujer que la quieres, ni que la acaricies, no lo vi, pensé, tu madre te hizo para mí ella quería que tus caricias fueran solo mías, ese día que te encontraste con ella en ese más allá estoy segura que pensaste, Morella tuvo razón.
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