He estado ausente de mí, de mi realidad, nadie supo sembrar flores en el árido y seco corazón, tal vez el amor me hubiera salvado de esta vida desolada,
viajera de si misma
la neblina tenue me cubre, me inunda buscando letras que hilvanar en los días nublado y fríos, mis labios de no rozarlos con otros labios se van secando.

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