Contemplé las flores, vi que una de ellas se cayó en el fango, me acerqué a ella tenía el corazón como un caballo desbocado, me dijo, tengo miedo, siempre me sentí protegida por alguien que está a mi lado, que me levanta de mis caídas, pero no lo siento. Le respondí tranquila, todo viene y se va por qué estar triste, miré a la flor llena de fango, la abracé, la flor soy yo y lloré a moco tendido.
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