Mi corazón muere lentamente, el olvido y el hastio me abrazan,
sumida en los recuerdos
hoy brindo por tu olvido, brindo por esos versos que te escribí en tu piel y yo como pajaro preso, la inerte quietud de la noche, la rosa llora de pena, el rocío la cubre para que no la vieran llorando, el mar ruge y el viento te lleva este lamento a lo que nunca fue mío.

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