Seguí tus huellas, curé tus heridas, me traicionaste, dijiste que no me conoces, que soy una estrella fugaz en un cielo lleno de estrellas ordinarias, pero la lengua es el castigo del cuerpo, no soy una estrella ordinaria y desde el infinito te veía llorar por mí, quisiste alcanzarme, pero estaba muy lejos brillando.

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