Mi mirada adormecida evocando un amor, me despierta la melodía de los pájaros, mi sonrisa vuela con los pájaros, la música llena los espacios, yo tarareo mientras miro que llegan más aves al jardín y desde mi imaginación y no desde el recuerdo, con las mismas manos que te acaricié hoy te escribo al vaivén del silencio que se desliza entre mis dedos,
para que no me olvides.

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