Acurrucada de frío, todo es triste, te evoco, cuántas veces te vi enloquecer al besarte, todo un placer tan sentido jamás se olvida. Me río de tu olvido, cuántas veces me besate toda, cuántas veces enrede mis dedos en tus cabellos ahora dices que no me conoces el día que presentí que una gata rondaba el tejado te lo dije, no vengas a llorarme y a pedirme perdón, solo a Dios se le pide perdón,
no creo en lágrimas de cocodrilos, volvió, me dijo vengo a decirte adiós, esta es la última vez que nos encontraremos en esta vida. El último adiós perfuma la noche.

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