La caída de las sombras me llena de desasosiego, se agolpan en mi mente
los recuerdos, mi alma se estremece de dolor, sabes qué me da tristeza
pensar, no sé si fue la vida que me hizo la mala jugada o mi ignorancia,
mis manos se fueron quedando rezagadas y mis labios secos, mi mirada
fija en el horizonte, ¡ay, no quiero pensar! Todo lo que creo se hace
incierto.

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