Descendí hasta el sonido del clamor de mis emociones, hasta dónde puede
mi ser vibrar para apagar mi sed, cierro mis ojos y aspiro la dulce
caricia de mi resplandor, no me preocupan las puertas cerradas, si sigo
caminando nuevas puertas se abrirán, soy como el bambú cuanto más crece
más se inclina, el agua se vuelve nieve, pero sigue siendo agua.

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