domingo, 15 de octubre de 2017

Santo

Mire al cielo con gran fe, yo me entraba en el fango vagando en tinieblas, mi alma se elevó al cielo y me dormí, soñé que caminaba por una calle solitaria y oscura oí un ruido, era un mar de lodo, yo corrí, levanté la mirada, frente a mí estaba el Santo Cristo de Brasil, el detuvo el mar de lodo, me pregunto, mi alma llegó hasta él, al despertarme me empezaron a llegarme mensajes, el primer mensaje, No temas, porque Yo estoy contigo. Isaías 41:10; Llené cuadernos de mansaje y me siguen llegando.

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