Mire al cielo con gran fe, yo me entraba en el fango vagando en
tinieblas, mi alma se elevó al cielo y me dormí, soñé que caminaba por
una calle solitaria y oscura oí un ruido, era un mar de lodo, yo corrí,
levanté la mirada, frente a mí estaba el Santo Cristo de Brasil, el
detuvo el mar de lodo, me pregunto, mi alma llegó hasta él, al
despertarme me empezaron a llegarme mensajes, el primer mensaje, No
temas, porque Yo estoy contigo. Isaías 41:10; Llené cuadernos de mansaje
y me siguen llegando.

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