Renuncié a ti cómo renuncié a la muñeca con la que jugaba una mañana que
algo me hizo correr al balcón y era el entierro del único que podía
salvarme, no regresé a buscar la muñeca que dejé en la cama, atrapada en
esta vida hoy lloro por ti, por la muñeca y por mí, un canario se asomó
en la ventana y me preguntó ¿y la muñeca? Le respondí, ¡me la robaron!

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