Por la senda de mi alma me voy alejando del mundo, de sus odios y de sus
guerras, dejo fluir a la libertad de mi alma, arrojo al vacío el
equipaje pesado, el viento juega con mis cabellos,
de repente el
mundo se desvanece y me lleva a la nada y aquí la vida me da sus
secretos, deslizo mis manos, nada veo, solo percibo, quiero morir sola,
sentada en una mecedora con un ramo de flores en las manos.
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