Un espacio lleno de cantos del viento, las aves rondando el jardín, las
nubes blancas alfombraban mi refugio en la montaña, los poemas que
escribo se van lejos, sin ataduras, hora en que las aves callan, fuimos
dos almas divagantes, perdidas aves sin rumbo,
nos alejamos tristes sumidos en pesares.
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