Pasaras por el lugar de tus ausencias y yo te veré en aquel pueblo donde
la envidia gritaba y lloraba a mi lado, sin saber porqué gritaba y
lloraba y yo solo sabía de aquellas quimeras que suelen forjarse en la
juventud, yo en mi mente escribía poemas para asustar a la soledad, no
creía en mi amigo el espejo, experiencia, me enseñaste que goza en ser
perversa la humanidad, hoy recorro las carreteras de mi mente y llego al
pueblo y observo que me esperas como dije al principio de mi escrito...

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