Le ofrecí mis alas, lo enseñé a volar, vio a otra en las alturas y se
fue, las olas se van como mis pensamientos, una poesía silenciosa, qué
injusto es el tiempo que pasó como las aves que cruzan el manto azul, ya
no derrames tus lagrimas, vete, la puerta está abierta.

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