lunes, 22 de mayo de 2017

No estás, pero estás aquí, me senté a escribir y escuché el murmullo de tu risa, me abrazo en silencio, cerré los ojos, me enseño oír y yo le regalé mis poemas para que vaya dejando una estela, las campanas del tiempo suenan por la montaña preñadas de frio.

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