En las cenizas muertas, quedan las brazas
esperando el soplo para hacerse las llamas de mi amor por ti, quiero
sentir muy despacio el sabor de tu ausencia, te escribo hoy en la fina
arena de letras encallada en el eral, el viento teje la ilusión de un
beso, ¡oh, viajero que te perdiste en los caminos de la eternidad!

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