Contemplo el agitado mar y el revoloteo de las gaviotas, las palmeras
meciéndose al ritmo del viento, oigo el susurro del viento y voces que
vienen de la lejanía, sobre un vidrio empañado escribo, contemplé en
calma el paisaje oscuro de tu mirada y el silencio de nubes negras que
volaban como en procesión, encendiando el recuerdo grabado en tu alma y
rompían en truenos escalofriantes, que sombría es el eco de tu voz en mi
memoria, tantas cosas vividas que perturban mi alma, mi tristeza está
escribiendo, vacíos van quedando mis espacios para llenarlos con la
consecuencias de mi mal proceder.
la tristeza disfrazada de tímidos intentos de huir. pero el miedo me paralizó.

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